Como decía ayer, me gustaría celebrar el primer año de mi objetivo saludable sintiéndome a gusto conmigo misma, esa sensación que tengo cuando sé que me estoy alimentando bien, que me estoy cuidando, que estoy haciendo ejercicio y que no estoy intentando engañarme.

Mi reto no va a ser del tipo «perder 3 kilos en 2 semanas», ni 2 ni 1.

Mi reto consistirá en eliminar los hidratos refinados de mi alimentación durante 2 semanas.

Sé que cuanto más los como, más los necesito, más los pide mi cuerpo. Igual que sé que cuando los he mantenido a raya, no me ha costado nada prescindir de ellos. Pero si les doy tregua, ellos no me la dan a mí, y me sorprendo buscándolos desesperada en la despensa. Sea una galletita, sea un trocito de chocolate… Pero algo dulce que echarme a la boca. A cada persona las cosas le afectan de manera distinta, pero en mi caso tengo claro que ciertos alimentos me provocan una fuerte adicción.

Y cuando les he hincado el diente, vienen los remordimientos y la sensación de haberme fallado a mí misma.

Cuidado, que con esto no quiero decir que una no pueda probar el chocolate si pretende perder peso, o que no sea saludable. Hablo de mi experiencia únicamente, porque no puedo controlar las ansias de comer que me provoca el dulce cuando no controlo mi alimentación correctamente.

A partir de mañana y hasta el día 7 de abril, me privaré completamente de alimentos como: galletas, golosinas, tortas de arroz, pan, pan de molde, pizza, patatas fritas, puré, helados, barritas de cereales, chocolate con leche o blanco, azúcar, arroz blanco, productos elaborados con harinas refinadas del cereal que sea, cuscús, pasta y maíz dulce.

Yo soy de beber sólo agua, pero si no, también incluiría en la lista: refrescos, zumos y alcohol.

Y como complemento, publicaré mis menús diarios para rendir cuentas y por si le sirven a alguien.

Gracias por leerme.

Un besico.